Este año celebramos el 25 aniversario de la Canonización de San Benito Menni y queremos poner el foco en su propia historia y en el legado que nos ha dejado como Comunidad Hospitalaria. Queremos compartir una vez más su historia, una historia labrada con el corazón. Hoy, además, comienza en Roma el XXII Capítulo General que reúne a hermanas representantes de todos los países donde está presente la Congregación de Hermanas Hospitalarias.
La calidad humana de Benito Menni está testificada por el reconocimiento histórico de su vida, sus valores y virtudes;, por sus obras en favor de las personas en exclusión, por su innovación pionera en el campo de la psiquiatría en la España del siglo XIX y por la defensa y atención a la mujer que, marcada por el estigma mental, estaba olvidada en dicha época.
El relato de su persona nos llena de admiración, nos alegra y nos hace bien. Su vida y su obra siguen hoy inspirando el hacer de muchas personas que incorporan gestos samaritanos de hospitalidad en su día a día convirtiéndose en verdaderos protagonistas de hospitalidad desde el corazón.
Nos acercamos hoy de un modo especial a su vida y a su historia, una historia labrada con el corazón a través de este recorrido de la vida e historia de San Benito Menni a ojos de los 21 centros de Hermanas Hospitalarias en España 2024.
Hacer algo desde el corazón significa realizar la tarea hospitalaria desde lo más profundo de nuestro ser, desde la plena calidad y capacidad que nos habita. Estamos llamados a “curar y cuidar desde esa plenitud que nace del corazón”.
El corazón es sede de los sentimientos y del mayor entre todos ellos, que es el amor. El amor no es un añadido al trabajo, sino la cualidad que informa nuestro actuar. Estamos llamados a “curar y cuidar con el corazón que sabe amar”
El corazón también necesita no cerrarse para sí mismo sino aprender a abrir su amor al otro, al necesitado, al herido del camino, al pobre, al vulnerable, La mejor lección, para lograr ese aprendizaje, la encontramos en la parábola del buen samaritano. Nuestra hospitalidad emplea esta parábola para hablar del corazón con el que nuestro Fundador amó a los destinatarios de nuestra misión. Él aprendió ese amar en el corazón de Jesús, Buen Samaritano de la humanidad. Estamos llamados a “curar y cuidar según el corazón samaritano como lo hizo san Benito Menni”.