Rubén de Pedro: “El tratamiento sociocomunitario asertivo es la psiquiatría del futuro”
El psiquiatra Rubén de Pedro es uno de los responsables del Equipo de Tratamiento Asertivo Comunitario (ETAC) que atiende a las personas sin hogar con problemas mentales de la capital vizcaína. Su equipo se encarga, además, de la atención domiciliaria a pacientes con trastorno mental que no acuden a los CSM (centros de salud mental). Para contar su experiencia de trece años en este campo, ofreció la primera de las dos sesiones formativas organizadas en el Hospital Aita Menni dentro de la semana dedicada a San Benito Menni.
De Pedro recordó que este tipo de tratamiento asertivo (sin juzgar, sin opinar, sin injerencia) tiene su origen en Wisconsin (Estados Unidos), cuando la administración Carter (1977-1981) decidió prestar atención a las personas con enfermedad mental grave fuera de los hospitales para ahorrar gastos. De esta primera experiencia “que llevó a la mayoría de los pacientes a las calles o a las cárceles, aprendió el doctor Martínez Jambrina y la trasladó a Avilés. El ‘modelo Avilés’ llegó a Bilbao, de la mano del doctor José Uriarte hasta articularse, mediante un convenio en el año 2010 que aúna asistencia social y psiquiátrica”, explicó el ponente.
Rubén de Pedro trabaja desde entonces junto a educadores sociales y profesionales de la psicología, la enfermería y el trabajo social asistiendo a las personas con enfermedades mentales graves en su entorno social más próximo. Esto en la práctica se traduce en intervenciones en los dos albergues de Bilbao, en las calles y también en algunas viviendas. La doctora Eglee Castillo, médica responsable de Unidades de Larga Estancia de Hermanas Hospitalarias Aita Menni, presentó al invitado como él mismo se define: “alguien que pasa por aquí y que hace lo que puede”, como hicieron las hermanas hospitalarias fundadoras y el padre Menni cuando fundaron la congregación y nuestro centro.
Relación de confianza
“Hacemos lo que podemos —dijo con humildad el invitado—, cada persona es un mundo. En primer lugar, intentamos establecer una relación de confianza. Esto lleva su tiempo; hay que pasarse muchas veces a ver a la persona, conseguir que nos dé su número de teléfono (si lo tiene), llamarla periódicamente, tomar muchos cafés hasta llegar a reunir información e intentar, por ejemplo, un tratamiento antipsicótico, con antidepresivos o de desintoxicación, si es preciso. Pero lo otro también es medicina. Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, somos las únicas personas con las que tienen familiaridad estos pacientes”, añadió.
Se estima que al menos medio millar de personas viven en la calle en Bilbao. Y la cifra tiende a aumentar. “Reciben atención integral en la medida de lo posible y ese vínculo acaba pareciéndose a la amistad. Aunque no hace falta recordar aquí lo difícil que puede ser acercarse al principio, desde el ‘sistema’, a alguien con esquizofrenia paranoide u otro trastorno mental grave que está fuera del sistema, que no quiere tomar medicación, que bebe… A veces son personas que han ingresado en múltiples ocasiones”, declaró.
Pisos, casas, techos
Fuera del programa de Osakidetza, Rubén de Pedro organizó durante 8 años sesiones grupales semanales para todo tipo de personas, al amparo de una asociación. A esos grupos iban personas que vivían la calle y con casa, con enfermedad mental diagnosticada o sin ella. Lo recuerda como una experiencia muy interesante.
El ETAC de Bilbao hubo un momento en que disponía también —actualmente no se dan— de sesiones gratuitas de psicoterapia grupal, “en las que las personas no diagnosticadas ayudamos a las personas con diagnóstico de salud mental. Descubrimos que ayudar ayuda, intentamos que se cubran sus necesidades. Pisos, casas, techos, eso es lo que pediría”, contestó ante una de las preguntas. Previamente había destacado la importancia de puesta en marcha, con 20 piso en Bilbao, del programa “Housing first”, basado en ofrecer como primera medida de intervención social una vivienda como parte de la lucha contra el “sinhogarismo”.
El arte de la psiquiatría
La sesión concluyó entre aplausos tras el cierre, por parte de la doctora Eglee Castillo, que agradeció a su colega y amigo “que nos recordara el arte del trabajo que realizan quienes se dedican a la psiquiatría, a la atención a la enfermedad mental, la importancia de generar ese vínculo con la persona enferma, de mirar con otros ojos que no sean solo los profesionales”.