Los programas de educación para la salud forman parte de la intervención en las unidades de larga estancia
La enfermedad mental grave lleva a algunas personas a vivir en entornos residenciales u hospitalarios. Y la vida en estos entornos puede hacer que los/as pacientes pierdan el interés o descuiden su salud. Esto, unido a la propia patología, que conlleva a un desajuste social, amplifica el efecto de desconexión de la vida social y de responsabilidad de cuidados. Podemos observar como:
-Por un lado, delegan esta cuestión sobre qué comer, qué actividad realizar o sobre cuidados básicos de bienestar personal. Ya se ocupa el personal asistencial y de enfermería en particular.
– Por otra parte, la vía de disfrute popularizada en nuestra sociedad y por tanto en nuestros hábitos se asocia a la comida, especialmente más ‘golosa’ y poco saludable, y también a los consumos de sustancias como el café, alcohol, cannabis… En ocasiones, para las personas que viven en instituciones estos hábitos llegan a convertirse en su principal vía de disfrute y organizan su vida alrededor de ello.
Los programas de educación para la salud forman parte de los planes de intervención en las unidades de larga estancia. Periódicamente se llevan a cabo sesiones educativas que permiten a las personas mejorar su estado de salud pero sobre todo participar en ella de forma más activa.
A lo largo de estos meses, se han realizado un total de 18 sesiones distribuidas en las 4 unidades de larga estancia, de las que se han beneficiado 120 pacientes, que han participado por decisión personal.
Dieta y consumo
El programa ha estado centrado en conocer los riesgos del consumo de sustancias tóxicas, como el alcohol y el cannabis, y los beneficios de llevar una alimentación saludable y practicar actividad física con regularidad.
Los riesgos asociados a la cultura del consumo de sustancias tóxicas se han abordado desde perspectiva informativa – educativa y también desde el impacto conductual y emocional.
Una de las dificultades identificadas en programas previos ha sido la adherencia y la motivación al cambio. En este caso, hemos tratado de potenciar el interés a través de experiencias más lúdicas, como la fiesta de la alimentación saludable. En esta actividad seleccionaron y compartieron un menú apetitoso y bueno desde la perspectiva nutricional. También celebramos una fiesta del consumo saludable, en la que disfrutamos de la posibilidad de pasar un buen rato con música y consumos alternativos a tóxicos o alcohol.
Esperamos que este buen sabor de boca ayude a generar un cambio en el cuidado de la salud de nuestr@s pacientes.