Dicen que quien conoce el pasado es capaz de afrontar mejor el porvenir. Si pensamos que nos ha tocado vivir en un tiempo extraño e incierto, solo falta asomarnos a la vida de San Benito Menni para darnos cuenta de la importancia de su obra, construida en una época verdaderamente convulsa.
De la mano de nuestro director médico, el doctor Manuel Martín Carrasco, también vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, repasamos la vida de quien fuera fundador del Hospital Aita Menni y cofundador de Hermanas Hospitalarias, incidiendo en su contribución a la atención integral de las personas con enfermedad mental. A finales del siglo XIX y principios del XX, el Padre Menni, Aita Menni, fue pionero en la atención psiquiátrica, ya que creó la primera red de centros de asistencia a la enfermedad mental de España. También se le considera impulsor de la atención centrada en la persona.
La charla se celebró en el salón de actos, dentro de la celebración de la semana de la hospitalidad dedicada a San Benito Menni. Comenzó tras presencial la emisión –que puede verse en el vídeo- de la felicitación de sor Matilde Porras González, superiora provincial de la congregación, y del gerente de Provincia, Alberto Martín de la Mata.
Identidad y misión
Angelo Hércules Menni nació en Milán (Italia) en 1841 y falleció en Dinán (Francia) el 24 de abril de 1914. De ahí que esta semana celebremos su fiesta. Criado en el seno de una familia cristiana de clase media, tras abandonar su trabajo en un banco, ayudó como voluntario en la segunda guerra de la independencia italiana atendiendo a los heridos. En 1860 ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) y cambió el nombre por el de Benito. Se formó como enfermero dentro de la orden de San Juan de Dios y en 1866 fue ordenado sacerdote. Un año más tarde, el papa Pío IX le encomendó restaurar en España la extinguida Orden de San Juan de Dios. No solo la restauraría sino que reformaría la orden devolviéndola al proyecto integral de la hospitalidad por el camino de la caridad.
Pionero en la atención psiquiátrica
No es posible hablar de la figura de San Benito Menni sin hacer referencia a la época compleja que le tocó vivir. Años de violencia, guerras, asonadas constantes y crisis económica general en los que bullían los movimientos de defensa de derechos sociales. Tiempos de florecimiento de corrientes antirreligiosas como reacción ante un sistema político que había establecido grandes alianzas con una iglesia cuya jerarquía conformaba uno de los estamentos más privilegiados.
La psiquiatría como especialidad médica, primero conocida como alienismo, y el tratamiento mediante el asilo terapéutico eran novedosos. Las casas de salud para atender la locura, defendidas a comienzos del siglo XIX por los médicos franceses Pinel y Esquirol, constituyeron en aquellos momentos un gran avance.
Fue en este crítico periodo histórico, en el que las medidas desamortizadoras cerraban hospicios y centros pertenecientes a compañías religiosas, cuando nuestro fundador puso en marcha 14 centros de atención psiquiátrica y 15 asilos para la atención de niños y niñas. El primero destinado “a la protección y curación especialmente de las afecciones infantiles” fue el Asilo Hospital de Sant Joan de Déu, fundado en Barcelona en el año 1867. Por esta razón también se reconoce la labor pionera de Benito Menni y de Hermanas Hospitalarias desde la historia de la pediatría.
Para proteger la propiedad de centros como Aita Menni y San Boi (San Baudilio) el padre Menni constituyó sociedades mercantiles.
Respuesta a necesidades
En este contexto se produjeron cambios políticos -nos recordó el doctor Martín Carrasco-, entre ellos, aunque con muchas carencias, la atención sanitaria, que hasta entonces era un asunto de cada cual, pasó a ser una cuestión de salud pública, incluida la enfermedad mental. La Diputación Provincial de Madrid exige también atención medicopsiquiátrica a mujeres. Como los hermanos de SJD por sus votos podían atender solo a hombres y no existía orden femenina propietaria de establecimientos sanitarios, el Padre Menni funda el 31 de mayo de 1881, junto con María Josefa Recio y María Angustias Giménez, en Ciempozuelos la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús.
Primer sanatorio psiquiátrico del País Vasco
El asesinato del presidente Cánovas del Castillo el verano de 1897 en el Balneario de Santa Águeda de Mondragón fue un hecho trascendental. Al año siguiente, el padre Benito Menni adquiere este balneario y, junto con algunas religiosas de Hermanas Hospitalarias y hermanos de San Juan de Dios, convierte el establecimiento en el primer sanatorio psiquiátrico del País Vasco. Comenzará entonces a acoger a pacientes mentales de la zona ingresados en los psiquiátricos de Zaragoza y Valladolid. La máxima “caridad y ciencia” de Aita Menni deja patente un empeño en subrayar la dignidad de la persona enferma, de prestar la misma asistencia a las mujeres y de que esa fuera una asistencia de calidad para la cual se procuraba la contratación de profesionales de la mayor cualificación.
Así nace el Hospital Aita Menni, como un manicomio moral (psicológico). En el lenguaje de la época el tratamiento se planteaba mediante la modificación de elementos ambientales perniciosos, como la pobreza, y un trato humanitario. Ya el reglamento del centro precursor creado por Benito Menni en Eskoriatza se prohibía la “verberación” (pegar y maltratar) a las personas enfermas.
Modificar la realidad
Sin duda fueron tiempos difíciles. Y aunque el momento no es el mismo, encontramos similitudes con la situación actual. Una de ellas es la existencia de cuatro importantes epidemias de cólera en España (1833, 1853, 1865 y 1885). Las Hermanas Hospitalarias atendieron a cientos de personas en sus centros, conjugando “caridad y ciencia”, curando y cuidando.
En cuanto a la asistencia sanitaria, la innovación hoy dentro del modelo clínico vira de nuevo hacia a la atención integral centrada en la persona. La medicina basada en la evidencia y la atención centrada en la persona no son contradictorias, proclaman psiquiatras como Robin Murray.
Este énfasis en la persona enferma, merecedora de los mismos derechos y oportunidades, persigue más la rehabilitación o la recuperación de la funcionalidad que el alta médica. El modelo biopsicosocial que hoy intentamos implementar trae de vuelta aspectos espirituales, de identidad, incluidos los religiosos. Investigaciones empíricas subrayan que la vida espiritual es fuente de bienestar y factor protector en las diversas áreas de la vida del ser humano.
Entre las conclusiones que podemos extraer de la vida y obra de San Benito Menni el doctor Martín Carrasco destacó que se puede modificar la realidad. Para ello es preciso liderazgo, el optimismo, la creatividad. «Estar convencidos de que tenemos algo que aportar, y luchar por ello. Creer en nuestras posibilidades, y no desanimarnos por los necesarios fracasos. Buscar nuevas soluciones, o reinventar las viejas. Aprender del que ha hecho camino pero no quedarse solo con eso. Y recordar siempre la importancia de pacientes, familiares y de todas las personas».