Las psicosis de inicio tardío
“Tradicionalmente, se ha considerado que los trastornos psicóticos correspondían especialmente a edades tempranas. Sin embargo, existe riesgo de psicosis a lo largo de toda la vida. De hecho, alrededor de 1/4 de las psicosis se producen después de los 40 años y hasta el 23% de estos brotes se dan en personas ancianas. La mayoría se asocian a demencias y trastornos depresivos, y solo un 1% pueden encuadrarse dentro de la esquizofrenia tardía (ET)”.
Con estas palabras comenzaba Manuel Martín Carrasco la sesión clínica del pasado jueves 28 de septiembre. El director médico de Hermanas Hospitalarias Aita Menni revisó el caso de un paciente con profesionales del hospital para profundizar en las psicosis de inicio tardío. Nuestro psiquiatra, esa vez en calidad de presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, compartió estos mismos conocimientos en el XII Congreso Científico Internacional de Medicina Geriátrica que se celebró en agosto en Monterrey (México).
Escasez importante de estudios clínicos
Bajo distintas denominaciones (presbiofrenia, parafrenia tardía, esquizofrenia de inicio tardío…) diferentes autores clásicos ya habían observado que la psicosis puede aparecer por primera vez a edades más avanzadas. A pesar de ello, “en la actualidad, los estudios que evalúan los predictores son escasos, todavía se realiza poca investigación y la literatura está limitada por la falta de estandarización en los criterios de resultados, las poblaciones y las herramientas de evaluación”, subrayó el doctor.
Algunos estudios señalan que hasta el 23% de la población anciana experimentará síntomas psicóticos. Se estima que el alzhéimer y otras demencias son responsables del 40% de los casos; el 33% corresponde a trastornos depresivos, el 11% a causas médicas/tóxicas incluyendo trastorno por uso de sustancias y solo el 1% a esquizofrenia.
La discusión se centró en los rasgos clínicos y epidemiológicos esenciales de la esquizofrenia en la edad avanzada. “El consenso asume que hay marcada similitud entre las formas que aparecen a edad estándar (16-40 años) y las que lo hacen en edad tardía, en la que se establecen a su vez dos entidades, según la edad de aparición: las esquizofrenias de aparición tardía (41-60 años) y la esquizofrenia ‘like’ [término que se utiliza para describir síntomas o trastornos que presentan similitudes con la esquizofrenia, pero que no cumplen con todos los criterios necesarios para un diagnóstico completo de esquizofrenia], de aparición muy tardía (más allá de los 60 años)”, explicó Martín Carrasco. “Aunque también hay diferencias entre las de inicio temprano, inicio tardío e inicio muy tardío (EIMT). Así, por ejemplo, en un cierto número de casos, la EIMT es una forma de presentación de la demencia (fenocopia). Por sexos, la ET es más frecuente en mujeres y la precoz, más frecuente en varones”, aclaró.
Su ponencia también abordó la relación con las demencias y el papel del deterioro cognitivo en el síndrome esquizofrénico, así como los factores de riesgo de la ET, entre ellos algunos genéticos, sociales (soledad, eventos adversos, precariedad económica etc.), déficits sensoriales (especialmente el auditivo), enfermedades somáticas y neurológicas, anomalías en sustancia blanca, cerebrovasculares, volumen talámico y rasgos anómalos de personalidad.
Prevención y seguimiento
“La nueva aparición de síntomas psicóticos entre los adultos mayores es de naturaleza secundaria, ya que aproximadamente el 60% de la psicosis en la vejez tiene una causa secundaria”, declaró nuestro experto. En cuanto al tratamiento de la EIT, “el mal cumplimiento terapéutico se asocia a peor evolución y aumento del número de ingresos” —dijo—, sin soslayar los riesgos de la utilización de antipsicóticos en ancianos (como el favorecimiento de algunos parkinsonismos), tal y como recoge el ‘Documento de la Sociedad Española de Psicogeriatría sobre el Uso de Antipsicóticos en Personas de Edad Avanzada’. Dosis elevadas de antipsicóticos incisivos pueden conllevar este tipo de riesgos, por tanto, hay que realizar un seguimiento posterior para ir regulando la medicación. Nuestro psiquiatra puso otro ejemplo claro, las benzodiacepinas, que pueden afectar a la coordinación motora y a la capacidad de mantener el equilibrio, lo cual, a su vez, puede aumentar el riesgo de caídas.
Las psicosis de inicio tardío constituyen un grupo importante de trastornos, que ofrece retos particulares en cuanto a su diagnóstico y tratamiento. El director médico de Aita Menni declaró que hasta el 30% de las personas mayores van a tener una psicosis. Y el envejecimiento de la población hará que estos trastornos sean cada vez más frecuentes.
En los mayores —añadió— se observan más factores psicosociales como precipitantes. También son frecuentes los déficits sensoriales y se han observado otras anomalías, como rasgos de personalidad de tipo paranoide. Para prevenir la aparición de alucinaciones visuales y auditivas, que son antecedentes psiquiátricos, para evitar vivencias de amenaza, crisis angustia, estados de hipervigilancia basados en alucinaciones…, se recomiendan intervenciones ambientales, como evitar el aislamiento o mejorar la seguridad, junto con la prevención de déficits sensoriales mediante el uso correcto de lentes, audífonos (la sordera aísla más que la ceguera), operaciones de cataratas, etc.