Javier Pastor: «Las residencias de mayores deben crear el ambiente terapéutico que prevenga la enfermedad mental»
«Las residencias de personas mayores deben crear el ambiente terapéutico que permita prevenir la enfermedad mental y las patologías psíquicas y cuidar a las personas que van perdiendo sus capacidades», ha señalado en la XVI Reunión Anual de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría Javier Pastor, psiquiatra de las residencias de personas mayores de Aita Menni.
Pastor, que desempeña además su labor en la Red de Salud Mental de Bizkaia, ha protagonizado el pasado fin de semana una mesa redonda en la Reunión sobre los problemas emergentes de la Psiquiatría, entre los que se encuentra la atención psiquiátrica a personas mayores en centros residenciales.
El psiquiatra ha afirmado que el incremento de la esperanza de vida hace que las personas «vivan más años en un periodo de mayor fragilidad y vulnerabilidad, en el que hay más enfermedades físicas, más dependencia, discapacidad y alteraciones psíquicas”.
Pastor ha llamado la atención sobre el hecho de que “hoy en día, muchas personas dependientes viven en el ámbito de los centros residenciales de ancianos, donde hay más prevalencia de enfermedades mentales que en la sociedad. Hay estudios que muestran que entre el 70-90% de las personas mayores dependientes de 65 años que están en una residencia de ancianos tienen una alguna patología mental”.
En esta línea, Pastor ha señalado que “en las residencias predomina el deterioro cognitivo y la demencia. Los tratamientos no consisten solamente en suministrar fármacos, sino, sobre todo, en crear el ambiente terapéutico que permita prevenir y cuidar a las personas que van perdiendo sus capacidades. En esto el equipo terapéutico es fundamental, sobre todo los que tratan en día a día con los residentes. A los psiquiatras se les llama sobre todo para tratar los síntomas psicológicos y conductuales de las demencias, como la agitación o los delirios”.
“Las personas mayores tienen trastornos mentales de todo tipo, siendo estos muy parecidos a los trastornos que sufren las personas más jóvenes pero, con frecuencia la expresión de estos trastornos es diferente. Una depresión de una persona joven es más sencilla de ser diagnosticada porque el paciente suele expresar más sus emociones y suele ser más consciente de estar mal. En cambio, las personas de edad avanzada no son tan conscientes de estar deprimidos y suelen centrarse más en los síntomas físicos («me duele aquí, me duele allá)”, ha destacado Pastor, quien ha añadido que “en el medio ambulatorio el paciente te da unos datos pero en la residencia el experto ve dónde vive, cómo se relaciona, que hace y además el personal aporta información muy valiosa sobre su estado de salud. Es más importante conocer cómo funciona esa persona en el medio real”.
Asimismo, el experto ha señalado que “ser mayor, estar enfermo, tener escasos apoyos y perder tu papel social, son factores de riesgo para una enfermedad mental, circunstancia que se da en ese grupo de edad”. “La patología psiquiátrica es muy prevalente en el medio residencial y también en el ámbito de los cuidados familiares. Cuidar a una persona mayor con un grado de dependencia es muy duro y hay mucho riesgo de problemas mentales en los cuidadores, por lo que se recomienda recurrir a ayuda profesional”.