De excursión al valle salado de Añana
El jueves día 5 de septiembre a las 9:30h de la mañana, el grupo de personas usuarias y profesionales del Hospital de Día de Arrasate comenzamos nuestra excursión al valle salado de Añana. En esta ocasión invitamos al CRPS de Arrasate a compartir la experiencia, de modo que el viaje fue más enriquecedor.
Salinas de Añana se encuentra cerca de Vitoria, así que nuestro viaje duró aproximadamente una hora. Al llegar tomamos un café y sobre las 10:30 horas iniciamos la visita guiada con Mikel, nuestro guía.
Comenzamos el recorrido viendo una panorámica del valle de salinas, que llegan a alcanzar hasta los 6 km de diámetro.
Durante la visita nos explicaron la evolución que ha habido en la forma de conseguir la sal, que se lleva extrayendo desde hace unos 7.000 años en este valle. En el valle hay 4 manantiales de los que brotan dos litros de agua por segundo con un contenido de 250 gramos de sal por litro, seis veces más que el contenido de sal en el agua del mar.
Descubrimos que hace unos 7.000 años el agua del mar cubría estas tierras y al retirarse quedaron extractos en las corrientes de aguas subterráneas que, a través del diapiro, salieron al exterior formándose así las zonas salinas de donde se extrae la sal.
Mikel nos contó que en la prehistoria se cocía el agua salada en vasijas, que luego rompían para conseguir la sal. Fue en la época romana cuando se diseñaron las eras donde se obtenía y obtiene la sal por secado natural.
En la actualidad, las eras se construyen de baldosa y madera, ya que esto facilita el trabajo de la recogida de la sal, pero se han utilizado varios tipos de materiales, como la arcilla o el cemento para construirlas. El método de secado sigue siendo el mismo que el que se utilizaba en época romana.
El proceso consiste en llenar las eras con la salmuera (agua salada) recogida de los pozos y dejar evaporar el agua, proceso que suele durar unos tres días en el verano. Lo primero que se recoge es la flor de sal, que es la primera forma de sal que aparece, una sal muy apreciada en la alta cocina. Finalmente aparece la sal común, que se va recogiendo en montones en medio de las eras para después trasladarla a las factorías donde se elabora sal fina, que es empaquetada y almacenada para su venta. También elaboran sal mezclada con especias que le da un sabor peculiar.
Apogeo y decadencia del valle
En el siglo XIX se produjo el apogeo y decadencia del valle que, por la fuerte competencia de las nuevas empresas de sal, pasó de contar con 300 trabajadores a tener un único operario. En la actualidad, gracias a instituciones públicas y privadas se ha realizado una labor de recuperación de dicha actividad, de modo que son cinco los salineros que trabajan en las salinas.
Al acabar la visita, pudimos disfrutar de las propiedades de la salinidad del agua en el ‘spa salino’ donde pudimos refrescar pies y manos (piscinas de agua salada).
Finalizamos el recorrido en la tienda donde pudimos adquirir sal de Añana y diferentes artículos relacionados con la sal.
Nos impresionó la magnitud de las salinas y nos encantó la vista panorámica. Las explicaciones de Mikel nos ayudaron a entender mejor el proceso de recogida de la sal, desde que llega del manantial hasta el llenado de las eras. Disfrutamos mucho del spa.
Recomendamos a todo el mundo la experiencia de visitar las Salinas de Añana, ¡¡merece la pena!!