El ictus se llevó sus palabras y le trajo la pintura como medio de expresión
Diego Cubes pasa cada día varias horas trasladando al papel su mundo personal
Diego Cubes Elkoro no pintaba antes de sufrir el accidente cerebrovascular (ACV) que le dejó, entre otras secuelas, una incapacidad para verbalizar palabras. “Desde ese momento se refugia en el dibujo y la pintura como medio de expresión hacia el exterior y de desahogo. Pasa horas y horas pintando de forma laboriosa, rayando el puntillismo. Su arte es básicamente expresionista, nacido desde el interior de quien tiene una percepción quizá distorsionada de la realidad y que con su obra la exagera cromática y físicamente. De formas suaves y armoniosas, destaca también por su rico cromatismo”.
Con estas palabras anunciaba el folleto del Ayuntamiento de Bilbao su exposición en el Centro Municipal de Abando. Dos años ha estado en lista de espera para poder mostrar en esta sala a amigos, familiares y ciudadanos en general parte de su obra.
Trabajo diario
En su casa hay una mesa en la que a diario se extienden y unen papeles. Ingeniero de profesión y gran amante de la ópera, Diego Cubes Elkoro acudió a rehabilitación al Centro de Neurorrehabilitación Aita Menni en la capital vizcaína tras estar ingresado durante más de dos meses en el Hospital Aita Menni en Mondragón. Poco después empezó a dibujar para dar rienda suelta a su necesidad de expresión. No utiliza ni siquiera regla; su pulso deja de ser vacilante cuando toma el lápiz para trazar líneas siempre a mano alzada. Con envidiable buen humor trabaja bajo su “nueva condición” de zurdo.
En la obra de Diego Cubes se observa una planificación artística; elige sus motivos y, con decisión, señala a su esposa, Begoña San Salvador del Valle, cuál será la extensión del papel que precisa. Llama la atención, además, la profusión de sus colores, si bien, nos cuenta Begoña que en las obras que Diego firma últimamente comienzan a aparecer tintes más grises.
La temática de Diego Cubes es variada. Motivos naturales (aves y peces), pinturas de lugares que recuerdan su infancia en Durango, retratos de miembros de la familia (hijos, nietos), así como representación puramente abstracta tienen cabida en su obra. Es significativo su interés por las formas y por la distribución de las mismas en el lienzo. Ejemplo notable de esta original visión espacial es “Corrida de toros” (tercera de las obras de la composición superior).
Simultáneamente al despertar de su interés por la pintura, Diego comenzó a recopilar imágenes de diversos medios gráficos. Cuando una imagen le agrada, le transmite algo especial o le emociona, la recoge y servirá como fuente de inspiración para una próxima obra.
El director de la Red Menni de Daño Cerebral, José Ignacio Quemada, y el logopeda Álvaro López Quintana, visitaron la exposición Diego Cubes Elkoro y le animaron a seguir pintando. A la vista de su trabajo, ambos se felicitaron al constatar una vez más que, a pesar de tener un trastorno severo de la comunicación, se pueden llevar a cabo tareas complejas y creativas como éstas. En los cuadros de Diego Cubes subyace un pensamiento estructurado, aun con ese trastorno severo de la comunicación, es capaz de llevar a cabo funciones planificadas, de anticipar y establecer metas.