El dolor crónico aumenta hasta cuatro veces el riesgo de depresión en mayores
La inauguración corrió a cargo de Sor Isabel Blázquez, superiora del Hospital Sagrat Cor de Hermanas Hospitalarias, quien mostró su agradecimiento a los presentes por su asistencia a estas jornadas, así como a los organizadores de las mismas. También recordó la importancia de la Fiesta de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, que el 31 de mayo celebra el 142º aniversario de la Fundación de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, que tuvo lugar en Ciempozuelos (Madrid) de la mano de San Benito Menni, María Josefa Recio y María Angustias Giménez.
A continuación, el profesor Antoni Bulbena, director del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), hizo un balance histórico de su participación en esta Jornada de referencia y anunció que, próximamente, existirá una Cátedra de investigación en psicogeriatría entre Hermanas Hospitalarias y la UAB. También aproximó la herencia del conocimiento desde la espiritualidad a la clínica, emplazando a todos al aprendizaje.
El doctor Carles Franquelo, director médico del Hospital Sagrat Cor, explicó que el Hospital Sagrat Cor apuesta desde hace años por el cuidado de los ancianos con problemas de salud mental y recordó las primeras Jornadas que inició el Dr. Rego, quien fundó una unidad de agudos dedicada a la salud mental del anciano. Asimismo, puso de relieve que se habla mucho de la salud mental en la pospandemia, en concreto, de los efectos en la población joven, pero no hay que olvidar que también ha tenido consecuencias muy importantes sobre la salud mental de las personas mayores.
El siguiente en tomar la palabra fue el doctor Manel Sánchez, subdirector médico del Hospital Sagrat Cor y coordinador de la Jornada, quien destacó que la Jornada históricamente da una visión integral del anciano y aborda su salud mental desde una visión más amplia que engloba la epidemiologia, la prevención y la clínica, además de la espiritualidad y los aspectos sociales.
La conferencia inaugural, bajo el nombre de ‘Espiritualidad y psiquiatría de la tercera edad’, fue impartida por el Professor German E. Berrios, Emeritus Chair of the Epistemology of Psychiatry. Life-Fellow, Robinson College. University of Cambridge, UK. El profesor abordó todas las áreas de la espiritualidad en la tercera edad y destacó que en esta fase de la vida contiene una carga semántica adicional que se refiere a necesidades profundas, que expresan propósitos humanos y del mundo en general, y que pueden expresarse lingüísticamente o no. Además, señaló que comprender no es simplemente aceptar una explicación, sino aceptarla en el ámbito estético y emocional como un acto de fe.
La primera mesa de la jornada versó sobre la dimensión psicológica y existencial del envejecimiento, y contó con la intervención del doctor Manuel Martín Carrasco, director médico de los centros de Hermanas Hospitalarias de Navarra y País Vasco y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría; del doctor Luis Gutiérrez Rojas, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Granada, y del doctor Francesc Torralba, catedrático de Filosofía y director de la Cátedra Ethos de ética aplicada de la Universitat Ramon Llull.
La segunda mesa, que estuvo moderada por la doctora Pilar Azpiazu, psicogeriatra sénior,se centró en la depresión en el anciano y en los desafíos clínicos y terapéuticos de esta enfermedad en este colectivo de pacientes. Los ponentes que intervinieron fueron el doctor Narcís Cardoner, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau; la doctora Virginia Soria, del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari de Bellvitge, y el doctor Javier Olivera, psiquiatra y responsable del Programa de Psicogeriatría del Hospital Universitario San Jorge de Huesca.
Uno de los mensajes que se trasladaron desde esta mesa fue la necesidad de tener en cuenta que la relación entre depresión y dolor es un fenómeno muy prevalente, y que, por tanto, es imprescindible realizar un abordaje integral, que tenga en cuenta la dimensión emocional del paciente y no solo el tratamiento del dolor.
Según el Dr. Olivera, las personas mayores de 60 años tienen una prevalencia de dolor crónico superior al 55 %, mientras que en las de más de 75 años esta cifra supera el 62 %, muy por encima de los rangos en personas jóvenes, que van desde el 15 al 45 %. «Dado que el dolor crónico puede aumentar el riesgo de depresión hasta cuatro veces más respecto a personas sin dolor, es muy comprensible que exista una proporción destacada de población mayor con depresión y dolor», ha señalado el psicogeriatra.
Según Olivera, la depresión hace que el umbral del dolor de las personas mayores se reduzca, «creando un peligroso bucle que termina empeorando gravemente la situación de la persona mayor». «Si no se hace un abordaje integral y atendemos a cada una de las patologías de manera exclusiva y unilateral corremos el riesgo de abusar de los fármacos analgésicos», ha advertido y avisa que estos pueden tener importantes efectos secundarios en el caso de los opiáceos.
«También corremos el riesgo de no tratar el componente emocional depresivo que puede ser grave en estos casos, incluso suponer un riesgo aumentado de suicidio en esta población mayor», ha añadido. Aunque la relación existente entre dolor y depresión es conocida por la literatura científica, «existen publicaciones muy recientes que profundizan en esta cuestión y hay revisiones que comentan la asociación entre depresión y dolor crónico en las personas mayores, con un papel muy importante de la neuroinflamación como mecanismo asociado a ambos procesos», ha precisado Olivera. Por esta razón, ha agregado el especialista, se está estudiando el uso de medicamentos antiinflamatorios e incluso corticosteroides como potenciadores de los antidepresivos.
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