El doble estigma al que se enfrentan las mujeres con problemas de salud mental
Cada 8 de marzo (8M) celebramos el Día Internacional de la Mujer y desde Hermanas Hospitalarias queremos dar visibilidad al doble estigma al que se enfrentan las mujeres con problemas de salud mental. Hace 140 años esta institución fue la primera en España en atender de forma especializada a mujeres con problemas de salud mental y hoy seguimos en este camino de luchar por los derechos de estas mujeres, por una igualdad real.
La Comisión de Mujer y Género de la Línea de Rehabilitación Psicosocial de Hermanas Hospitalarias impulsa la perspectiva de género en la rehabilitación psicosocial. Compartir buenas prácticas e impulsar iniciativas que nos ayuden a visibilizar la situación de especial vulnerabilidad que sufren las mujeres con trastorno mental grave son dos de sus prioridades. Y por supuesto, poner encima de la mesa la situación de violencia contra la mujer en la aparición y agravamiento de problemas de salud mental. El riesgo que tiene una mujer con problemas de salud mental de sufrir violencia en la pareja se multiplica entre 2 y 4 veces respecto a las mujeres en general.
Nuestra Comisión de Mujer y Género tiene claro que el abordaje debe realizarse desde distintos prismas: por un lado, promover iniciativas para introducir la perspectiva de género desde la propia intervención. Formarnos como profesionales para poder ayudar a romper con esta situación. Por otro lado, es fundamental el trabajo en red y no solo en las redes de salud mental, sino integrar y buscar la participación de estas mujeres en todos los espacios comunitarios.
Manifiesto 8M
Las integrantes de la Comisión quieren dar voz a estas mujeres, a usuarias de distintos centros de Rehabilitación Psicosocial de Hermanas Hospitalarias, a través del Manifiesto que han redactado con motivo del 8M. Se sienten especialmente orgullosas de compartir este primer Manifiesto que han elaborado usuarias que componen grupos de mujeres de diferentes recursos de rehabilitación psicosocial. No hay nada que empodere más que tomar la palabra para hacer sus propias demandas y reivindicaciones, en primera persona.
