Daño cerebral

Cuando comer se NOS convierte en problema

Desde la Unidad de Daño Cerebral Infantil Aita Menni de Bilbao, nuestra experta Oihana Ramos ofrece a la asociación Ulertuz pautas para ayudar a comer bien a niños y niñas con dificultades auditivas.
Cuando comer se NOS convierte en problema

Desde la Unidad de Daño Cerebral Infantil Aita Menni de Bilbao, nuestra experta Oihana Ramos ofrece a la asociación Ulertuz pautas para ayudar a comer bien a niños y niñas con dificultades auditivas.

Comer puede convertirse un problema para muchos niños y niñas y para sus familias. En la Unidad de Rehabilitación Infantil Aita Menni de Bilbao bien lo sabemos. Por eso, Oihana Ramos – licenciada en Psicología, logopeda, experta en atención temprana y en motricidad orofacial- ha impartido un curso de formación práctica para la Asociación de familias, amigos y amigas de niños y niñas sordas de Bizkaia, Ulertuz, en el que participaron 6 padres y madres junto a 2 profesionales del centro Ulertuz. Ulertuz se creó con el objetivo principal de cubrir las lagunas respecto a la atención que requieren los niños y niñas con sordera, así como a sus familias.

Nuestra experta impartió esta formación para familias online. Primeramente realizó una introducción sobre la incorporación a la dieta de los distintos alimentos en el periodo comprendido de 0 a 3 años, incluyendo información sobre los alimentos con riesgo de atragantamiento y de aquellos superfluos por su alto contenido en azúcares. Si el peque tiene alrededor de 6 meses de edad, se sienta con apoyo y mantiene la cabeza erguida, remite el reflejo de extrusión (deja de empujar con la lengua el alimento o la cuchara hacia fuera), abre la boca cuando se le ofrece una cuchara, estamos observando los indicios de que está preparado para comer.

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Antes de pasar a describir los distintos reflejos primarios (succión, búsqueda, deglución), hubo tiempo para una pequeña reflexión sobre el método de alimentación Baby Led Weaning. El BLW o alimentación complementaria con introducción de sólidos implica ofrecerles comida sana para que los bebés se la lleven a la boca con sus propias manos, compartiendo la mesa con el resto de la familia y evitando las cucharas y los purés. En este apartado se abordó el reflejo de arcada, un mecanismo de defensa que nos ayuda desde la más tierna infancia a evitar atragantamientos.

Tarea sensorial compleja

¿Qué es comer? Un complejo proceso de coordinación en el que intervienen funciones de succión, respiración y deglución. Para entender por qué un niño o niña tiene dificultades a la hora de alimentarse hay que conocer cómo se desarrollan las distintas fases, y cuáles son las partes anatómicas que participan.

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¿Qué ocurre cuando observamos aversión por la comida? El niño o niña muestra un trastorno de evitación en el que restringe la ingesta de alimentos. Según el DSM-V, este trastorno se define como la existencia de una ingesta oral alterada no apropiada a la edad, asociada a problemas médicos, nutricionales, de habilidades de la alimentación y/o disfuncional.

Conviene diferenciar aversión de neofobia, un fenómeno habitual en los primeros años de vida que consiste en un rechazo de alimentos nuevos o desconocidos para el niño o niña. Esta negación a probar cosas nuevas se resuelve con exposiciones repetidas al alimento rechazado.

En cualquier caso hay que averiguar si el trastorno tiene su origen en problemas motores, sensoriales, psicológicos, o tiene relación con la medicación, por ejemplo. También si se da más en casa o en cole, o viceversa.

Hagamos de la comida un momento especial

Si conseguimos hacer que los momentos dedicados a la comida sean agradables ya habremos ganado mucho. También si les hacemos participes tanto de la compra de alimentos como de su preparación.

Para empezar, la postura del bebé debe ser adecuada (espalda recta, caderas y rodillas a 90º), evitar los pies en el aire o la mesa alta. Sentarse a comer con el/la niño/a es la mejor forma de apoyar el aprendizaje de la tarea.

Desde nuestras unidades insisten en la conveniencia de favorecer actividades sensoriomotoras previas al momento de comer para despertar el apetito y regular nuestro nivel de alerta. En ocasiones se precisan cambios muy sutiles; comenzando por la forma, el color y la temperatura, siendo siempre lo último variar la textura. Igualmente es aconsejable tolerar que el peque juegue con la comida con las manos y se manche, sin limpiarle la cara y las manos cada vez que lo haga.

Está bien establecer horas, así como un tiempo, con inicio y fin, para comer, lo mismo que algunas rutinas; sin embargo es el niño o niña quien debe decidir cuánto comer. Las personas adultas deben respetarlo y no obligarle ni presionarle para que coma.

Los casos más problemáticos pueden precisar de estimulación a distintos niveles: manos, cara, boca e incluso pies. Son mecanismos de aproximación de texturas y comidas, manchando mejillas, mentón e, incluso, los labios. El último paso es presentar el sabor dentro de la boca, siempre bajo consignas de suavidad, tal vez empezando a introducir el alimento con nuestros dedos o sus propios dedos manchados, antes de empezar con un objeto externo, como puede ser la cuchara. Pueden resultar también de ayuda vasos, platos y cucharas especiales.