El CRPS Antzaran empieza a cultivar su ecohuerta
La comunidad es el lugar básico de vida, de relaciones, de interacciones…, para cualquier persona. Y por tanto para aquellas con enfermedad mental grave (EMG) que, por supuesto, forman parte de la ciudadanía y tienen los mismos derechos de uso y disfrute de sus recursos. Como sabemos, además, la utilización de lugares y recursos públicos por parte de las personas que tienen una enfermedad mental es uno de los indicadores principales de normalización.
Así, la integración/inclusión comunitaria, aspecto básico en el proceso de recuperación y empoderamiento, y uno de los objetivos principales de nuestro CRPS, pretende que las personas con EMG puedan desempeñar un rol de competencia social en cada uno de sus contextos y redes sociales: la familia, los amigos, la vivienda, etc. Sabemos también que al recuperar el rol social en la comunidad se construye una identidad positiva y se consigue en buena medida el empoderamiento de sus integrantes. Por otro lado, la relación entre diversas personas en la comunidad ayuda a combatir los estereotipos (estigma) relacionados con el trastorno mental y a que la comunidad sea más acogedora e inclusiva.
Por y para ello, desde el CRPS Antzaran, tras conocer que se había aprobado un proyecto técnico y la contratación de las obras para habilitar la primera fase del parque de ecohuertas de Puiana, en la que se iba a construir un primer espacio con 64 parcelas, se puso en contacto con el Ayuntamiento para solicitar una de las ofertadas para el centro.
Las parcelas tienen 30 metros cuadrados de superficie cada una y la oferta estaba dirigida al conjunto de la ciudadanía. Tras varios meses de espera, a mediados de febrero, el alcalde de Irún, José Antonio Santano, nos entregó las llaves correspondientes de nuestra caseta y taquilla, que compartimos con numerosos personas que también cultivan estas huertas ecológicas de uso recreativo.
Desde hace varias semanas, en grupos de tres o cuatro personas, acudimos diariamente a nuestra parcela para empezar a labrar la tierra en la que esta primavera esperamos empezar a plantar hortalizas y verdura.
Los beneficios de la ecohuerta
La ecohuerta nos permite favorecer desempeño de roles, potenciar la autoestima y la satisfacción personal. También allí trabajamos el desarrollo de habilidades sociales, ya que nos obliga a convivir, compartir y tomar decisiones junto a las personas de las parcelas de alrededor. De igual modo, estamos desarrollando algunas habilidades básicas para el trabajo en la huerta, entrenamos la estructuración de las tareas, aprendemos a organizar tiempos y recursos necesarios…, además conseguir avanzar en la integración y normalización del comportamiento en grupo en un recurso comunitario.