Discapacidad intelectual

La inclusión social de personas adultas con autismo y graves alteraciones de conducta: el valor de la interacción comunitaria

Cristina Iriarte Iturria

Psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga. Unidad de Discapacidad Intelectual y Trastornos del Espectro Autista con Alteración de Conducta. Hermanas Hospitalarias Aita Menni.

 

La inclusión social de personas adultas con autismo y graves alteraciones de conducta es un desafío crucial, pero necesario. El artículo destaca la importancia de la interacción comunitaria como parte fundamental del proceso terapéutico, independientemente de que estas personas estén institucionalizadas. Al promover la inclusión, al favorecer que quienes presentan trastorno del espectro autista y trastornos de conducta estén presentes en entornos sociales, no solo se contribuye a reducir la frecuencia e intensidad de las conductas problemáticas y a mejorar su calidad de vida sino que también fortalecemos el tejido social en su conjunto.
La inclusión social de personas adultas con autismo y graves alteraciones de conducta: el valor de la interacción comunitaria

El trastorno del espectro autista (TEA) se manifiesta de diversas maneras, y en algunos casos, puede ir acompañado de graves alteraciones de conducta, los cuales presentan desafíos significativos tanto para las personas que las padecen como para sus familias y cuidadores. Para las personas adultas con autismo que enfrentan estas dificultades, la institucionalización, a menudo, se considera una opción necesaria para garantizar su bienestar y seguridad. Sin embargo, es fundamental que, incluso en estos casos, la inclusión social y la interacción con el entorno comunitario sigan siendo un objetivo común dentro del proceso terapéutico. La presencia en entornos comunitarios es importante para el desarrollo emocional, social y conductual de las personas con trastorno del espectro autista.

Entendiendo las graves alteraciones de conducta en el autismo

Las graves alteraciones de conducta en el autismo pueden incluir comportamientos como conductas heteroagresivas, autoagresiones, conductas repetitivas o destructivas y crisis de comportamiento que dificultan la adaptación a las dinámicas habituales de la vida diaria. Estos comportamientos pueden ser resultado de una combinación de factores, como dificultades en la comunicación, la sensibilidad sensorial y el estrés por cambios en el entorno. A menudo, las personas con trastorno del espectro autista que experimentan estas alteraciones requieren altos niveles de apoyo especializado para manejar su conducta de manera segura.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, es vital que estas personas no sean aisladas del mundo exterior. La interacción con la comunidad puede ser una herramienta poderosa para reducir la frecuencia y la intensidad de las alteraciones de conducta, al proporcionar estímulos variados, oportunidades para el desarrollo de habilidades sociales y un sentido de pertenencia.

La importancia de estar presentes en entornos comunitarios

Para las personas adultas con autismo y graves alteraciones de conducta, estar presentes en entornos comunitarios puede ofrecer beneficios significativos. La participación en actividades comunitarias permite experimentar nuevas situaciones en un ambiente controlado, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la adaptación a cambios y estímulos diversos.

  1. Reducción del aislamiento social: estar presentes en la comunidad ayuda a reducir el aislamiento social, que es un factor que puede exacerbar las alteraciones de conducta. La interacción con diferentes personas y ambientes ofrece oportunidades para aprender y practicar habilidades de afrontamiento y comunicación, lo que puede llevar a una disminución de los comportamientos problemáticos.
  2. Mejora en las habilidades sociales: la exposición a diferentes entornos sociales permite desarrollar habilidades sociales, como la interpretación de señales sociales, la regulación emocional y la respuesta adecuada a situaciones imprevistas. Estas habilidades son cruciales para su independencia y bienestar.
  3. Participación significativa: la inclusión en la comunidad ofrece un sentido de propósito y participación significativa en la vida cotidiana. Participar en actividades comunitarias, como eventos locales o salidas a diferentes entornos en la comunidad (ir a la playa, piscina, mercadillos, etc.), puede mejorar la autoestima y proporcionar una sensación de logro, lo que a su vez puede llegar a disminuir la frecuencia y gravedad de las alteraciones de conducta.

La inclusión social de personas adultas con autismo y graves alteraciones de conducta: el valor de la interacción comunitariaEstrategias para la inclusión comunitaria de personas adultas con graves alteraciones de conducta

Integrar a personas adultas con autismo y graves alteraciones de conducta en la comunidad requiere un enfoque cuidadosamente planificado y sensible a sus necesidades individuales. Algunas estrategias clave incluyen:

  1. Entrenamiento y apoyo adecuado. Es importante que el entorno de las personas con trastorno del espectro autista y graves alteraciones de conducta reciba capacitación especializada para manejar las alteraciones de conducta de manera efectiva en entornos comunitarios. Esto incluye estrategias de desescalada, técnicas de comunicación alternativa y el manejo de crisis.
  2. Programas personalizados de inclusión. Es fundamental desarrollar programas de inclusión personalizados que tomen en cuenta las necesidades y limitaciones de cada individuo. Estos programas pueden incluir actividades comunitarias a pequeña escala, visitas supervisadas y la participación gradual en entornos más amplios, según la comodidad y el progreso de la persona.
  3. Colaboración con la comunidad. Trabajar en conjunto con la comunidad para crear entornos más comprensivos y acogedores es esencial. Esto implica educar a la comunidad sobre el autismo y las graves alteraciones de conducta, para fomentar un entorno inclusivo y reducir el estigma.
  4. Apoyo emocional y terapéutico. El acceso continúo al apoyo emocional y terapéutico para ayudar a las personas adultas con trastorno del espectro autista a manejar sus conductas en la comunidad. Esto puede incluir terapia ocupacional, intervención conductual y apoyo psicológico, que pueden estar disponibles tanto en el entorno institucional como en la comunidad.

Conclusión

La inclusión social de personas adultas con autismo que presentan graves alteraciones de conducta es tanto un desafío como una necesidad imperiosa. Al fomentar su presencia en entornos comunitarios, no solo mejoramos su calidad de vida sino que también fortalecemos el tejido social en su conjunto. La interacción con la comunidad puede ser una herramienta poderosa para mitigar alteraciones de conducta, promover habilidades sociales y proporcionar un sentido de pertenencia que es vital para el bienestar de cualquier persona. Promover un entorno inclusivo es responsabilidad de todos —instituciones, familias y comunidad— trabajando juntos para asegurar que tengan las mismas oportunidades de vivir y participar en la sociedad.

Fuentes y recursos

  • Hervás A, Rueda I. Alteraciones de conducta en los trastornos del espectro autista. Rev Neurol 2018;66 (Supl. 1):S31-S38.
  • Maldonado, V., & Jorge, A. (2013). El modelo social de la discapacidad: una cuestión de derechos humanos. Boletín mexicano de derecho comparado, 46(138), 1093-1109.
  • Schalock, R. L., Gardner, J. F., & Bradley, V. J. (2006). Calidad de vida para personas con discapacidad intelectual y otras discapacidades del desarrollo: aplicaciones para personas, organizaciones, comunidades y sistemas. Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual.
  • Verdugo, M.A.; Gómez, E., & Navas, P. (2013). Discapacidad e inclusión: Derechos, apoyos y calidad de vida. En M.A. Verdugo & R.L. Schalock (coords.), Discapacidad e inclusión. Manual para la docencia (p. 285-305). Salamanca: Amarú.

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