Discapacidad intelectual

Importancia de la intervención individualizada en personas con autismo

Naroa Odriozola

 

La palabra intervención proviene del latín «interventio» y hace referencia a dos cuestiones: por una parte, a la posición entremedia y, por otra, a dar seguridad.
Una terapeuta y un paciente realizan una actividad con fichas de dibujos

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se define como una alteración del desarrollo que afecta a unas áreas específicas como la interacción social, la comunicación y el lenguaje, y la flexibilidad mental y comportamental. Es decir, las personas con autismo procesan la información de una manera diferente. Es por ello, que la intervención con las personas con TEA debe abarcar las diferentes necesidades que presentan para favorecer así un desarrollo personal y social positivo y el aumento de su calidad de vida. Además, las capacidades y necesidades de cada persona varían según la historia de vida y los apoyos a los que tiene acceso. Es por ello que la intervención debe ser individualizada, cogiendo a la persona de la mano y acompañándola en su camino. Además, debe tenerse muy presente que debido a las diferencias, la intervención que funciona con una persona puede no ser adecuada para otra.

La Confederación Autismo España, en el documento «Calidad de vida y Trastorno del Espectro del Autismo», indica que todas las personas con TEA tienen posibilidades reales de desarrollo siempre que los apoyos y servicios que reciban se adecuen a sus necesidades y tengan como objetivo el mantenimiento y desarrollo continuo de sus habilidades. Para eso se deben contemplar aspectos tan variados como las condiciones físicas de los centros, el ratio, la formación y especialización de los profesionales, el tipo y la variedad de actividades, los programas específicos e individualizados de intervención, la capacidad de adaptación etc.

Una persona con trastorno del espectro autista escribe en una hoja junto a una terapeuta

Principios de intervención

Tal y como afirman diversos autores y asociaciones y/o entidades como Frith (1989) o AETAPI (2011), la intervención con personas con trastorno del espectro autista debe basarse en una serie de principios metodológicos entre los que se encuentran los siguientes:

    • Toda intervención tiene que ser individualizada, enlazando los intereses, las capacidades y las necesidades de cada persona.
    • La intervención tendrá como objetivo principal potenciar el desarrollo personal en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
    • La comprensión del funcionamiento psicológico de las personas con TEA es fundamental. Es imprescindible ir más allá de la conducta y comprender la forma de sentir y entender el mundo de estas personas.
    • Se debe partir de un conocimiento cercano de la persona mediante tareas conocidas organizadas de manera gradual en base a su dificultad teniendo en cuenta sus capacidades y las adaptaciones pertinentes.
    • Los sistemas de comunicación alternativos son una gran herramienta para desarrollar la comunicación en las personas sin lenguaje verbal o con grandes dificultades de comunicación.
    • Creación de un entorno predecible y estructurado para que la persona con TEA sepa dónde está y lo que se espera de ella.
    • Empleo de técnicas conductuales basadas en el Apoyo Conductual Positivo. Asimismo, los objetivos de la intervención deben ir orientados a, entre otros:
      • Desarrollar habilidades comunicativas y sociales.
      • Fortalecer sus talentos y sus capacidades para un adecuado desarrollo personal.
      • Comprender y hacer accesible el entorno y las interacciones sociales y comunicativas.
      • Generar habilidades que favorezcan su bienestar emocional y el afrontamiento de situaciones de estrés.

Una persona joven con trastorno del espectro autista organiza unas piezas de colores ante la mirada de una terapeuta

Por lo tanto, teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, la intervención individualizada es fundamental puesto que cada persona presenta unas características, gustos, capacidades y necesidades diferentes. Así, es de vital importancia adaptar los apoyos a las personas siempre teniendo en cuenta que cuanto mayor es la calidad de estos, mejores son las vidas que hay detrás. Por tanto, hablar individualización supone una de las claves para el desarrollo de una intervención eficaz.

Bibliografía

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